Los despistes provocados por desviar la mirada a algo que nos llame la atención nos pueden costar caros.
La viejecita del final me recuerda mucho a mi amiga Luisi, que cuando veía un culo de algún gordo se volvía loca.
Lo Absurdo del día a día
Los despistes provocados por desviar la mirada a algo que nos llame la atención nos pueden costar caros.
La viejecita del final me recuerda mucho a mi amiga Luisi, que cuando veía un culo de algún gordo se volvía loca.